Los Ángeles (CA) – Un año más, el estado de la educación en EEUU es uno de los debates más polarizantes y polémicos entre expertos, activistas y estudiantes de todo el país. De igual manera, divide a los magistrados del Tribunal Supremo de EEUU, sobre cuyas manos recaen dos importantes decisiones: El futuro del programa del Presidente estadounidense, Joe Biden, para perdonar la deuda estudiantil, y el futuro de la acción afirmativa, que permite a las universidades emplear la raza como un factor para admitir o rechazar a un estudiante.

Estos no son, sin embargo, los únicos temas en el candelero. De ello dieron debida cuenta los panelistas que participaron en una presentación organizada por The Leadership Conference Education Fund y Ethnic Media Services el 18 de enero de 2023, durante la cual se abordaron además la Teoría Crítica de las Razas (CRT), la prohibición de libros sobre esta materia en las aulas o la inclusión de individuos con minusvalías en el sistema educativo, entre otros.

Vea aquí la presentación completa.

El programa de Biden para perdonar la deuda estudiantil…contra las cuerdas

La apertura de la presentación corrió a cargo de Genevieve Bonadies Torres, Directora Asociada del Proyecto de Oportunidades Educativas del Comité de Abogados en Derechos Civiles Bajo la Ley, quien se refirió al programa de Biden como una medida indispensable para sanear la economía de los estudiantes tras los estragos adicionales causados por la pandemia.

“La pandemia por COVID-19 ha supuesto una crisis sin precedentes a nivel sanitario, social y económico. El plan de ayuda para estudiantes endeudados del Gobierno de Biden Harris es una respuesta moral y legal que se necesita urgentemente”, aseveró Torres.

De salir adelante, el programa presidencial perdonaría hasta un máximo de 20.000 dólares en deuda a más de 40 millones de estudiantes de familias de clase media y baja. Hasta la fecha, el gran obstáculo ha sido la fuerte oposición que el Partido Republicano ha ejercido ante el proyecto. De hecho, varios estados decidieron aliarse y llevar la lucha hasta los tribunales. La primera victoria republicana fue lograr una orden judicial que pausara la implementación del programa. Y ahora, la última palabra la tendrá el Tribunal Supremo de EEUU ––con mayoría de magistrados afines a los intereses republicanos––.

Torres explicó que, de no prosperar la iniciativa de Biden, los grandes perjudicados serán los estudiantes latinos y negros, ya que el plan fulminaría toda la deuda para el 50% de los estudiantes en el primer escenario y para el 25% en el segundo.

La experta advirtió además que, sin esta medida, “millones de prestatarios sobrepasarán sus límites financieros” cuando se reanude el periodo de pagos asociados con la deuda estudiantil. “Entre ellos hay millones de prestatarios de color que sabemos que han sido los más afectados por la pandemia”, agregó.

Si bien el programa de Biden le daría un respiro financiero a los estudiantes, en caso de no materializarse, reduciría la capacidad crediticia de los endeudados y los pondría en una incómoda situación: tener que decidir entre pagar la deuda acumulada o cubrir sus necesidades básicas.

¿Debe emplearse la raza en las decisiones de admisión universitarias?

Otro tema cuyo futuro también depende del Supremo es la llamada acción afirmativa, que desde 2003, le ha permitido a los centros universitarios emplear la raza como un factor para evaluar y decidir si admitir a un estudiante con el fin de garantizar la diversidad del cuerpo estudiantil.

En los últimos años, hasta máximas instancias judiciales han llegado dos mediáticos casos que desafían esta práctica: uno contra la Universidad de Carolina del Norte (UNC) ––la universidad pública más antigua del país–– y otro contra Harvard ––la primera universidad privada contra la que se interpone una querella por este motivo––.

En el caso de UNC, la raza supone uno de los 44 factores que se tienen en cuenta para evaluar a los estudiantes, mientras que en el caso de Harvard, la lista de factores se dispara por encima de los cien.

“Tened presente que el Tribunal Supremo determinó que las cuotas son inadmisibles ya en el año 1978. Así que no estamos hablando de las cuotas”, advirtió Michaele N. Turnage Young, abogada sénior del Fondo de Defensa Legal (LDF).

La letrada insistió en que hay que diferenciar claramente entre las cuotas, y la política de las universidades de considerar la raza del candidato como uno de los múltiples factores que decantarán o no su admisión.

Explicó también que, en el proceso judicial abierto contra Harvard, se le acusa al centro “de discriminación intencional hacia solicitantes asiático-americanos”.

Los querellantes le piden a los jueces que prohíban a las universidades conocer la raza del candidato durante el proceso de selección. Pero Turnage considera que una medida como la acción afirmativa es una herramienta necesaria para combatir el racismo sistémico, garantizar la diversidad y despejar el camino del progreso para grupos que llevan décadas sufriendo la discriminación.

Turnage recalcó que todo individuo se merece tener acceso a una educación de calidad y agregó que “desafortunadamente, mientras que el talento está por todas partes en nuestro país, las oportunidades, no”.

La polémica Teoría Crítica sobre las Razas (CRT) y la prohibición de libros sobre esta materia en las aulas

Otro tema incandescente que abordaron los panelistas es la lucha que se libra contra la polémica Teoría Crítica de las Razas (CRT) y contra la presencia de los libros sobre esta materia en las aulas estadounidenses.

La cascada de escuelas que, desde 2021, ha anunciado la prohibición de libros sobre CRT va al alza, sobre todo en Texas, que encabeza la lista de estados con el mayor número de centros escolares donde se ha prohibido la enseñanza de la historia racial de EEUU. Según datos de PEN America, Texas ha prohibido 801 libros en 22 distritos escolares sobre la historia racial o la identidad sexual.

El último estado en sumarse a la tendencia antiCRT ha sido Florida, que ahora comparte lista con Idaho, Iowa, Arkansas, New Hampshire, Oklahoma y Tennessee.

Así lo narró Morgan Craven, directora nacional de políticas, campañas y participación de la Intercultural Development Research Association, que anticipa vetos similares en más colegios a lo largo de 2023. De hecho, 17 estados han propuesto medidas legislativas similares para impedir la enseñanza de CRT en las escuelas.

Para la experta, CRT es una herramienta educativa fundamental de cara a exponer los peligros del racismo sistémico desde una edad temprana, y condena la censura escolar de esta materia. Además reivindicó un entorno escolar que refleje la diversidad identitaria y racial, que fomente la equidad y que premie la inclusión.

Sobre estos tres últimos temas se pronunció también Liz King, moderadora del panel y directora sénior del Programa de Equidad Educativa de la Conferencia de Liderazgo sobre Derechos Civiles y Humanos, quien recalcó la necesidad de sembrar la equidad y la justicia en las aulas.

“Sabemos que las decisiones sobre políticas educativas deben dar cuenta de los valores, prioridades y experiencias de la gente marginalizada”, señaló.

Garantizar un entorno escolar seguro y sano

Por su parte, AJ Link, analista de políticas del Autistic Self Advocacy Network, desgranó los ocho principios que considera imprescindibles para crear un entorno escolar seguro, sano y libre de amenazas.

Entre ellos destacan el tratamiento del trauma infantil, un espacio libre de la presencia de las fuerzas del orden, invertir en la infraestructura necesaria para garantizar un clima escolar positivo, mejorar las protecciones contra el acoso y la discriminación, y eliminar amenazas contra la seguridad y protección del alumnado.

“Todos los estudiantes se merecen un clima escolar seguro, sano e inclusivo. Todos los estudiantes se merecen la oportunidad de asistir a una escuela con un ambiente positivo que vele por sus derechos, proteja contra el acoso y la discriminación y garantice su salud y seguridad”, dijo Link.

Infancia, pobreza y justicia racial y de género

La última presentación llegó de la mano de Whitney Pesek, directora de políticas federales para el cuidado de los niños del Centro Nacional Legal de Mujeres, que incidió en la necesidad de invertir en una enseñanza y en unos cuidados que sean tanto de calidad, como económicamente asequibles para mejorar la equidad racial.

“Es indispensable de cara a la justicia racial y de género que se aborden las profundas desigualdades que hay en los sistemas de cuidados tempranos y de educación de EEUU”, aseveró. Para ello, invocó la ayuda del Gobierno federal.

Además, insistió en que la pandemia ha atrasado la educación de muchos pequeños, pero agregó que “también es importante señalar que la pobreza juega un papel enorme en los logros de los estudiantes”.

“Tuvimos mucho éxito aliviando la situación de pobreza de muchos niños cuando contábamos con el crédito tributario por hijos, y permitimos que caducara”, lamenta. “Es importante hacer constar que la pandemia está, en gran medida, fuera de nuestro control, pero las decisiones en torno a las políticas que afectan a los niños que viven en la pobreza, están bajo nuestro control”, concluyó.

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