Oshri deberá pagar las costas procesales de la corresponsal española por tratar de silenciar su serie de investigación
California (USA) – Emprender acciones legales sin fundamento jurídico puede resultar costoso, sobre todo cuando el querellante tiene como objetivo censurar la libertad de expresión en temas de interés público y éste no presenta pruebas admisibles. Es decir, cuando se pierde una querella mordaza (anti-SLAPP en inglés).
Y ahora Hadari Oshri está a punto de saber por qué.
Según documentos presentados ante el Tribunal Superior de Los Ángeles, la corresponsal Aitana Vargas ha solicitado 23.000 dólares en honorarios legales después de una audiencia celebrada el 13 de septiembre de 2021, en la que la jueza Doreen Boxer falló a favor de la periodista y reconoció que las medidas cautelares solicitadas por Oshri suponían un intento por censurar la libertad de expresión garantizada por la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense.
Hadari Oshri firma una declaración plagada de acusaciones incomprensibles, indemostrables y bochornosas
Durante la vista, la jueza recalcó que la declaración jurada que Oshri presentó el 22 de junio de 2021 contra la periodista “no era clara”. De hecho, la magistrada le recriminó a los abogados de la empresaria que ni siquiera habían “incluído pruebas” y que, de haberlo hecho, éstas “carecían de fundamento” y eran inadmisibles.
En su denuncia escrita, Oshri se cubrió de gloria y le dedicó todo tipo de perlas a la galardonada periodista, incluyendo calificativos como “Mis Vergas” y “Señorita Vergas”. También la acusó de ser una “mujer muy peligrosa”, “desesperada” y una “reportera corrupta” sin ninguna prueba, e incluso identificó a Vargas como un miembro de la inexistente raza “española”. Pero las acusaciones de Oshri también incluyeron otras declaraciones incomprensibles y memorables como:
“(Vargas) está cavando en lugares que no están aquí ¡¡ no es AUTÉNTICA, NO ES EL FBI NI LA CIA, que puede perseguirme así por todas mis cuentas en las redes sociales, perseguir mis artículos en las redes sociales, y contactar con todos los implicados ¡¡¡”
“Mis Vergas es tan peligrosa, que está hablando de la situación públicamente en aquí su FB, diciendo que ella es un SLAPP y que la ley la protege, Mis Vargas no es el FBI y no es la CIA, sus historias sobre mí son mentira, y no tiene motivo para contactar con nadie en mi red”.
“Aitaina Vergas es una periodista corrupta, no es auténtica, HAY QUE PARARLA YA!!!”
“Un vistazo rápido a su post reciente en su página de Facebook es una evasión para aquí proceso de pensamiento y aquí urgencia”.
“Mi abogado le envió una sesión de espiritismo y desistir, y ella siguió”.
“¡Deja de escribir sobre mí y contactar con mi red! ¡Suspensión de su licencia de periodista para que no pueda hacerle esto a nadie más!”
Oshri interrumpió la vista varias veces
Además de las acusaciones infundadas de Oshri, ésta interrumpió la audiencia en varias ocasiones levantando la mano, acercándose a su abogada y susurrándole indicaciones al oído hasta que su comportamiento acabó colmando la paciencia de la magistrada, la cual le ofreció un receso a la empresaria para que pudiera compartir cualquier información oportuna con su equipo de abogados penalistas, Veronica Barton y Paul Adkins (los cuales armaron una trama que parecía el guion de una película de bajo presupuesto de Hallmark).
Al reanudar la audiencia media hora después, el caso estaba visto para sentencia. Y aunque la jueza le permitiera a ambas partes resumir y matizar sus respectivas posturas, sin titubear, ésta se dirigió al abogado de la reportera ante una sala repleta de asistentes y dijo: “Moción concedida”.
La periodista fue la primera en abandonar la sala. Sus declaraciones fueron rotundas: “Corramos un tupido velo sobre este lamentable episodio y centrémenos de nuevo en dar visibilidad a las víctimas de posibles entramados fraudulentos, que es el motivo real por el que hoy estamos aquí”.
Hadari Oshri pidió medidas cautelares contra la periodista porque ésta se negó a retirar su serie de investigación
Documentos judiciales –entre otros– demuestran que, desde febrero de 2021, la periodista ha estado sometida a constantes presiones legales dirigidas a impedir la publicación de su serie de investigación, cuya primera entrega se difundió el 30 de mayo de 2021.
Vargas estaba a punto de publicar la segunda parte de su serie de investigación –en la que lleva meses trabajando y que implica a Oshri en un entramado dedicado a la venta de equipamiento de protección médico (PPE en inglés) junto a Marc Lubaszka– cuando Oshri emprendió acciones legales contra la periodista a finales de junio de 2021.
Antes de que Oshri solicitara medidas cautelares ante un juzgado de Los Ángeles, Vargas ya había reiterado en las redes sociales que no renunciaría a su investigación como resultado de la presión que Oshri y su anterior abogado, John Tamborelli, estaban ejerciendo sobre ella.
La periodista se negó a acatar las exigencias legales de Tamborelli, las cuales éste también incorporó en un acuerdo extrajudicial que mencionaba a Vargas y del que ésta ni formaba parte ni había firmado. En dicho acuerdo, el abogado de Oshri exigía a una de las fuentes de la periodista que ésta retirara cualquier artículo que mencionara al letrado (Tamborelli), a Oshri o a Lubaszka.
A finales de junio de 2021, el Sindicato Nacional de Escritores (NWU en inglés) le envió una carta a Tamborelli exigiéndole que cesara todo intento de intimidación hacia la corresponsal.
“El NWU se toma cualquier intento por silenciar o amenazar a un periodista, especialmente a una mujer, de forma muy seria”, decía la carta. “También nos gustaría recalcar que, aunque cualquier fuente confidencial pueda retractarse en cualquier momento, incluso bajo coacción, ésta no tiene el derecho legal a exigir la retirada de un artículo. Le pedimos que cese cualquier acto de intimidación hacia nuestro miembro”.
Hadari Oshri cuenta con varias querellas legales
La empresaria israelí se ha enfrentado a varios procesos legales en el pasado, y algunos exsocios o antiguos trabajadores que han obtenido sentencias contra ella aún están tratando de recaudar sus respectivas indemnizaciones.
En 2020, Oshri y Tamborelli se enfrentaron a una querella vinculada a un accidente de tráfico ocurrido en Los Ángeles. En la audiencia contra Vargas, los abogados de Oshri negaron la existencia de dicha querella a pesar de estar judicialmente documentada.
En la actualidad, Oshri es la directora ejecutiva de Trade Safe Pro y de A1A Management. Al frente de esta última compañía también está el exmodelo Patrick Seller. Hasta 2019, Oshri fue la directora ejecutiva de Xehar, Inc., una compañía de modelos de talla grande (o “hadas de la moda”) que naufragó y se fue a pique en 2018.
Al inicio de la pandemia, Oshri se asoció con Marc Lubaszka, un empresario que está acusado de estafar dos millones de dólares a decenas de personas que invirtieron en sus planes de pensión y que ha sido investigado por el FBI. Lubaszka es el presidente de la compañía de jets privados Fly Private X, cuya página web se encuentra “en construcción” desde que Vargas publicó la primera entrega de su serie de investigación. En los últimos meses, Lubaszka ha reanudado la venta de oro a través de Buy Gold Brightly.
La corresponsal española está representada por Michael Creamer, con oficinas en el condado de Orange.
Desde julio de 2021, Oshri está representada por Veronica Barton y Paul Adkins, con oficinas en los condados de Los Ángeles y Orange.
**Esta historia se va actualizando conforme se recibe información adicional. Last update: March 20, 2022.
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