Los Ángeles, California – El día que Andrii Tupchii y su familia se subieron a un vuelo rumbo a EE. UU., lo hicieron con tanto alivio como pesadumbre en su interior: atrás quedaban los bombardeos y ataques del ejército ruso que llevan más de dos años destruyendo Ucrania, su país natal. El cambio de escenario y de cultura se vislumbraba difícil y necesario pero, a pesar de los obstáculos tanto previsibles como inesperados, el voleibol se ha alzado como una incomparable puerta de entrada a un país donde, poco a poco, la familia al completo está reconstruyendo su vida.
El currículum profesional de Tupchii es un testamento a una carrera plagada de logros como jugador y entrenador que ahora le permiten volcarse en la formación deportiva de decenas de jóvenes del Club United de Voleibol, situado en la ciudad californiana de Fountain Valley. Posee 18 años de experiencia como jugador y entrenador en siete países del mundo, una trayectoria a la que se suman sus conocimientos en varios idiomas, incluyendo el ucraniano, el inglés, las lenguas serbias y el ruso.
Desde septiembre de 2023, Tupchii dirige y entrena a los equipos masculinos de 14 y 16 años y es entrenador asistente de los equipos femeninos de 17 y 18 años. Cuenta que el voleibol goza de gran popularidad en EE. UU., una tendencia de la que se percató en los torneos locales que se celebran en California, los cuales atraen a un gran número de aficionados y jugadores en las categorías juveniles desde primera hora de la mañana hasta que cae el sol.
Pero, a pesar de la elevada población latina en California, estima que tan solo 2 de cada 12 niños se decantan por este deporte. En el United, sin embargo, cerca del 80% de los jóvenes pertenecen a minorías étnicas, de los cuales un 20% serían latinos o hispanos.
“En el club tenemos una familia latina cuyas cuatro hijas (de 10, 14, 15 y 16 años) compiten en cuatro categorías femeninas distintas para el United y juegan muy bien”, asegura Tupchii. “Están muy dedicadas al voleibol y algunas han ganado incluso torneos nacionales”.
La proyección profesional de estos jóvenes es difícil de augurar, pero según el deportista, algunos muestran ya habilidades que, al menos, los sitúan en el camino hacia una beca universitaria. Sostiene que, en general, cerca del 20% de los niños que incursionan en el voleibol a los 11 años gozan de una buena probabilidad de obtener becas universitarias.
Esta probabilidad también se extiende a su hija que, con 11 años, se encuentra entre la plantilla juvenil del club y parece haber heredado el talento paterno. “Tiene todas las posibilidades del mundo de convertirse en una gran jugadora”, vaticina.
Los inicios de Tupchii en el voleibol fueron tardíos en términos deportivos ––a los 14 años––, pero rápidamente aprendió que el espíritu de sacrificio y la disciplina pueden ser cruciales para forjar la personalidad a una edad temprana y sobreponerse a los problemas que la vida nos va presentando. A los 17 años dio el salto al deporte profesional, y con 23 años, una lesión de espalda estuvo a punto de apartarlo del voleibol de forma permanente. En aquel entonces, era el mejor jugador del Campeonato Nacional de Serbia y contribuyó a que su equipo lograra un segundo puesto en el torneo. Era octubre de 2022.
“Los médicos me dijeron que tenía que poner fin a mi carrera. Era toda una tragedia y no podía creerlo”, lamenta.
Tras buscar la ayuda de varios especialistas y someterse a un intenso proceso de rehabilitación, se recuperó, retomó los entrenamientos y regresó a la competición. “Estoy realmente muy orgulloso de mi decisión de no tirar la toalla a pesar de lo difícil que fue”, asegura.
Esta actitud le sirvió para acumular grandes conquistas deportivas a lo largo de los años, como proclamarse campeón de la Supercopa Nacional de Ucrania en 2021 con el VC Zhutuchi – PNU, el título más importante en Ucrania y el mayor logro en la historia del club.
Estos son los valores que ahora le inculca a los jóvenes a los que entrena en California, una pasión que ya fue cultivando en su etapa como jugador profesional y durante la cual participó como voluntario en jornadas de entrenamiento para niños mientras competía en las ligas profesionales en Emiratos Árabes Unidos, Catar, Turquía, Túnez, Francia, la República de Serbia y Arabia Saudí.
“Al acabar mi carrera profesional, siempre quise dedicarme a entrenar, compartir mi experiencia internacional y mis conocimientos”, explica. Y ahora, su mayor satisfacción es observar “la felicidad en los ojos de los niños” después de haberse aplicado en la cancha y ver los resultados de su tesón.
“Mira, entrenador, hice lo que me dijiste y hemos ganado”, relata Tupchii que le cuentan los pequeños.
*Foto: cedida por la familia Tupchii.